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sábado, 12 de noviembre de 2011

El comienzo de una novela: clave

Y algunas claves para comenzar una novela de manera atrapante

En la experiencia pueden caber muchos más aprendizajes que en los años. No podría decir que aprendí gracias al paso del tiempo; al día de la fecha tengo treinta años y, si bien varias canas, a nadie se le antojaría reverenciarme como a un anciano sabio.

Sin embargo, sí tengo un calendario de experiencias, y en ese calendario, muchos años se pueden contar. Experiencia en el terreno que nos incumbe: la literatura y cómo hacerla llegar al lector. Paso obligado: las editoriales.

Tenemos que saber, entonces, lo importante que resulta comenzar una novela con tal consistencia que el lector (editorial, sobre todo) se vea indefectiblemente atrapado. ¿Y por qué?

En una editorial, los colaboradores externos, lectores en este caso, son quienes filtran los manuscritos (aquí es donde el 95% de las obras se descarta). Suelen decidir si una obra salta la barrera o no apenas dando un vistazo a la primera página. Si dicha página no funciona, el manuscrito se descarta.

He aquí el motivo por el cual el punto clave de la novela es la primera página, desde luego, mayormente, no absolutamente clave. Una primera página excelente delante de una obra desastroza, claro, no será capaz de superar las postas que esperan tras el primer filtro.

Algunos consejos personales, desde mi experiencia:
  • Comienzo dialogado. Puede ser un diálogo o una frase suelta de un principal o de un secundario. Debe impactar, condenar al lector a que quiera saber por qué se dijo lo que se dijo. Ejemplo: "─Nunca fui popular -murmuró entre lágrimas-. La maté por ser deforme". Así, el lector querrá saber a quién mató, por qué el personaje no es popular y cuál es la deformidad que tiene.
  • Comienzo en acción. Para ejemplificar, utilizaré una novela de suspenso hipotética. Generar tensión es el objetivo, y si logramos hacerlo en la primera página, luego podemos asegurarnos un remanso explicativo pero ya con la expectativa del lector asegurada. Ejemplo: "Debía contener el sollozo que hubiera significado respirar una vez más; subió las escaleras apretando los dientes, mientras abajo, sobre el silencio de la sala en sombras, llegaba a oírse el ir y venir de los tacos de los zapatos de quien le había jurado una dolorosa muerte".
  • Comienzo en epifanía. Quizás bastante útil para la novela romántica o la dramática. Descripción de lo que el personaje principal estará dispuesto a hacer para lograr su cometido. El lector querrá saber si el protagonista realmente será capaz de aquello que al lector se le anticipa. Ejemplo: "Había sido el amor de su niñez. Haberla reencontrado esa tarde, sola en la playa, veinte años después y a costa de una casualidad, había cambiado el significado de su vida. Pero ¿por qué? ¿No era suficiente? Estaba casado, tenía hijos, un futuro asegurado. Sin embargo, desde aquella tarde, sólo había logrado pensar en cómo renunciar a su realidad y a sus responsabilidades, si acaso deseaba encontrar la felicidad que el Destino le había puesto en el camino".
En cuanto al estilo, en palabras de C. S. Lewis: "Cualquier necio puede escribir en lenguaje erudito. La verdadera prueba es el lenguaje corriente".

Lo importante: llamar la atención del lector generándole intriga, interés, curiosidad, morbo, etc. En resumen: "condenarlo" a que siga leyendo, a que dé vuelta la página. Tal vez tengamos un muy buen libro entre manos en este momento, pero tal vez no tengamos un buen comienzo. Crear un buen comienzo no es demasiado difícil, y puede ser un gran salto adelante para nuestras oportunidades de edición.

S.R.B.C.

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