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domingo, 11 de noviembre de 2012

10 consejos para mejorar tu novela


Hemos puesto la palabra “fin” en nuestra novela y tal vez acompañemos el tipeo con un suspiro de satisfacción. Pero, ¿de verdad creen que el fin ha llegado?

A menos que seamos, como escritores, tan perfectos como un reloj suizo, diría que con ese “fin”, a lo sumo, hemos llegado a mitad de camino. Autocorrección, pulido, reconstrucciones varias, reescritura inclusive.

Decálogo del novelista inicial e intermedio

1)      Asumiendo que el texto, a esta altura (o desde un comienzo), lo tenemos en un archivo “.doc”, y lo editamos con Word, vayamos a la opción “Buscar” (arriba y a la izquierda de la barra de herramientas, por lo general), y a continuación escribamos la palabra “mente”. Si acaso somos escritores apenas empollados (aunque también le ocurre a escritores más avanzados) nos asombrará la cantidad de adverbios terminados en “–mente” que encontraremos: finalmente, afortunadamente, generalmente, rápidamente, lentamente, etc. Apuesto que, si eres un escritor novel, tendrás como mínimo unos diez adverbios terminados en “-mente” por página. ¡Gran error! Los adverbios terminados en “-mente” entorpecen la lectura y tornan repetitiva, monocorde y, finalmente, aburrida cualquier lectura. Será un trabajo muy laborioso, pero vayamos adverbio por adverbio terminado en “-mente” y modifiquemos todos los que podamos. Ejemplos:

Según valor semántico dado por el cotexto:
finalmente: al fin, por fin, al cabo, después de todo, etc.
afortunadamente: por fortuna, por suerte, gracias a la fortuna, de manera fortuita, etc.
generalmente: por lo general, en general, casi siempre, etc.
rápidamente: a gran velocidad, en un santiamén, en un segundo, de manera muy veloz, etc.

2)      Otro tanto ocurre con los conectores; sobre todo, con el conector “pero”. Lleven a cabo la misma revisión automática con el buscador de Word, y también se verán sorprendidos por la cantidad de “peros” utilizados. Alternativas:

Según valor semántico dado por el cotexto:
aunque, sin embargo, no obstante, etc. 

3)      Es de suma importancia no caer en la tentación de utilizar terminología complicada, algo que a veces nos da la impresión de que lo que escribimos es de mayor calidad. La complejidad hay que dársela a la trama, no al camino a través del cual el lector recorre la trama. Para hacer un paralelismo: el lector tiene que desenredar una soga (trama); al utilizar una terminología compleja y dificultosa, lo único que hacemos es darle aspereza a la soga, la endurecemos, la tornamos pegajosa (no pegadiza). En novela, si queremos decir “cielo”, no digamos “la cúpula celestial”; y rara vez usaría “firmamento”. No estoy hablando de no ser descriptivo: el escritor no debe relatar una noticia, debe dramatizar y sumergir al lector en un mundo nuevo. Digo que se puede ser descriptivo con terminología simple y dinámica.

4)      No dejarse llevar, sobre todo los autores muy inclinados hacia la descripción, por el uso del recurso de la comparación: era tan negro como el carbón; corrió tan rápido como un leopardo; el tiempo corría tan lento como una tortuga; el asesino era frío como el hielo.
Según variables del cotexto, podremos reemplazar por: tan negro que podría confundirse con carbón (u otro objeto negro por naturaleza); corrió a la velocidad de un leopardo; el tiempo parecía avanzar montado en una tortuga; la frialdad del asesino era hielo puro.
Recuerden que no estoy hablando de no utilizar comparaciones, sino de no abusar de ellas.

5)      Evitar secuencias de oraciones que rimen. Esto es más difícil de identificar; este efecto antiestético puede buscarse al ser realizada la lectura general una vez finalizado el borrador.
Juan echó un vistazo al otro lado del edificio y tomó carrera para lograr un potente envión. Llevó a cabo la veloz corrida y, luego del salto, logró aferrarse al barandal del balcón.  
La solución es simple; bien puede cambiarse alguna de las palabras que producen la rima, bien puede modificarse el orden sintáctico.

6)      Ya que hemos escrito una novela entera y que hemos creado una cantidad, grande o pequeña, de personajes, reveamos los nombres. Nunca es tarde para cambiarlos. La elección de los nombres de los personajes de una novela resulta de vital importancia; el nombre debe transmitir buena parte de las estructuras psicológicas (y a veces, físicas) del personaje. Es una descripción tácita, que sugiere, imprescindible. Al mismo tiempo, debe tratarse de un nombre simple, de fácil acceso para la memoria del lector (sobre todo, en cuanto a personajes secundarios). El nombre debe ser el “rostro” del personaje en las palabras escritas del libro. Por tanto, revisemos los nombres y determinemos si nuestras elecciones han sido acertadas, o si acaso hemos llamado Juanito al malo de la película.

7)      Hablando de personajes… El tema de la descripción física de los personajes dependerá, en buena medida, del género al que corresponda nuestra novela; también, desde luego, vendrá de la mano de las preferencias del autor. En este punto será necesario hacer un repaso por las respectivas descripciones (o la falta de ellas) que hayamos efectuado a propósito de los entes ficticios que habitan nuestro nuevo mundo.

Se recomienda no ser demasiado específico y dejar que la imaginación del lector cree por sí sola la imagen de los personajes. No estoy tan de acuerdo. De todas maneras, para cada personaje habrá que resaltar este aspecto, o este otro, y mantener la coherencia. Si en la página 100 hemos detallado “X dejó ver la cicatriz de su pierna”, tendremos que ir hacia atrás, a la primera o segunda aparición de X, y especificar, o sugerir, la existencia de esa cicatriz, si es que no lo hemos hecho. De lo contrario, daremos idea de lo que realmente hicimos: improvisar una trama sobre la marcha. No queremos dar esa impresión, hayamos improvisado o no.

8)      Regular la intensidad de la narración: la intensidad está dada por la cantidad de adjetivos utilizados, la extensión de las oraciones articulada por las pausas dadas por las comas y los puntos, el uso de signos de exclamación, en síntesis, la dramatización de determinada coyuntura narrativa.

La sobreadjetivación, el abuso del uso de los signos exclamativos, oraciones muy cortas o muy largas a lo extenso de varios párrafos, etc., abrumarán al lector de una forma u otra, ya que este no encontrará respiro y se verá decepcionado al no poder distinguir un simple pasaje conector de la trama de un pasaje en el cual se pretenda alcanzar uno de los puntos climax de la historia.

De esta forma, para los pasajes conectores (esos párrafos, o hasta capítulos enteros, que conectan temporal o locacionalmente una parte de la trama con otra) la mejor opción es la utilización de oraciones relativamente largas, párrafos relativamente cortos y adjetivación de intermedia a baja (diría: un adjetivo cada 10 sustantivos –esto no es más que un dato que parte de mi preferencia personal y, por supuesto, no es preciso sino aproximativo-). En cambio, en los momentos climax, más vale oraciones cortas, adjetivos fuertes y más abundantes para sumergir al lector en la escena, y párrafos largos plagados de punto y seguido, ya que con esto la tensión del lector irá in crescendo.

9)      Primer capítulo. Iría más allá: primera página. Un factor común de varias editoriales que está dado por el inmenso número de originales que reciben, es el de descartar novelas tras la lectura de la primera página.

Por interesante que resulte la sinopsis que hayamos confeccionado para nuestro libro, ya desde la primera página deberemos dejar en claro tres aspectos fundamentales para el interés de un editor: nuestro estilo, la potencialidad de nuestra calidad creativa y el dejar en claro hacia dónde iremos ya desde el vamos.

En consecuencia, si notamos que nuestra primera página resulta aburrida, dice poco y mal, y no da idea de posible destino, o bien suplantamos ese primer capítulo por otro o, en todo caso, ideamos un prólogo que esté regido por la presencia de los tres matices mencionados que acaso nos den el paso a otra instancia de lectura.


10)   Por último, tal vez la palabra más detestada por los autores que están comenzando: “reescritura”. La sola idea de reescribir toda una novela que me hubo tomado meses escribir, lo confieso, me quitaba las ganas de respirar cuando la pensaba, en mis inicios (si bien admito que mi trayectoria es corta como para hablar de “mis inicios”).

La idea de reescritura enseguida remite a la idea de fracaso. Nada más alejado de la realidad. Si notamos (por nosotros mismos o por algún entendido) que nuestro libro no tendrá oportunidades en el mundo editorial, por la razón que fuere: historia poco “vendible”, historia trillada, calidad literaria insuficiente, etc., aceptar una reescritura comportará para nosotros un crecimiento; y es un error considerar que cualquier tipo de crecimiento resulte un fracaso personal. No somos más que un niño que está aprendiendo a caminar. Ahora imaginemos a un niño que se rinde ante el primer tropezón… ¡Cuánto perdería!

Algunos consejos pueden servir más que otros: por lo general, los más básicos son los que más hay que atender; al menos, en un principio. No hay manuales. Cada autor hace su camino y busca sus objetivos. Lo importante es que la escritura no sea una frustración, sino un lugar de paz, creatividad y vida.

S.R.B.C. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

El poder del objeto numinoso como tema para una novela o un cuento


Numinoso es un término filosófico que se puede definir como “orden de la conciencia en que ésta capta algo misterioso y superior que inspira temor y reverencia”.

Sin repicar en filosofía ni divagar en la historia de la literatura, me quedan a la vista los dos objetos numinosos más representativos que he descubierto como lector: el Anillo, de “El Señor de los Anillos” (J.R.R.Tolkien), y el Aleph, del libro del mismo nombre (J.L.Borges).

En lo que refiere a la búsqueda de eje temático por parte de un autor, la construcción de un “objeto numinoso” es, al menos a mi entender, como emprender una búsqueda de miel en un panal. ¡Vamos, ahí está! Grandes historias (que pueden llegar a ser pequeñas también) girando en torno a un objeto pequeño y, en su superficie, común, pero que encerrará, desde nuestra habilidad creativa y nuestros conocimientos mitológicos, bíblicos o cuales fuera (nunca es tarde para adquirirlos), y como dice la definición, algo misterioso y superior que inspirará temor y reverencia. Tales efectos lograron Tolkien y Borges con El Anillo y El Aleph, respectivamente.

El Señor de los Anillos en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/El_Se%C3%B1or_de_los_Anillos

El Aleph (cuento) en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/El_Aleph_(cuento)

Ahora bien, ¿ideas? Pongamos a calentar la pava para un café, encendamos un cigarrillo, abramos la ventana y miremos pasar gente, inhalemos creatividad: Pequeños objetos que puedan crear grandes historias…

Debo confesar que han pasado 10 minutos desde mi anterior párrafo y, junto a ellos, dos cigarrillos, pero he aquí algunas ideas, que espero puedan utilizarse, al menos, como inspiración (por supuesto que me he reservado las mejores para mí, vale, que no dejo de ser escritor):

-Objeto Numinoso en novela romántica: un árbol en cuya corteza dos enamorados escriben sus nombres. Más tarde se enterarán de que el árbol tiene un encanto (línea fantástica) o que es un punto especial en el Universo (línea realista), y que, mientras los nombres de aquellos dos enamorados permanezcan en el árbol, seguirán juntos. Pero si acaso algo quitara sus nombres de allí, sin remedio continuarían sus vidas en soledad. (La idea deja la posibilidad de jugar con el límite entre lo mágico y lo inducido por la sugestión).

-Objeto Numinoso en novela policial: el gatillo de un arma que sólo puede ser accionado (previa maldición de Lucifer) por la mano de un hombre santo. El arma es reconocida en todo el mundo (su color, su forma, alguna insignia); se comete un asesinato, y en la escena del crimen es hallada la famosa arma. El gran reto será desarrollar una trama que justifique un crimen cometido por un santo, o demostrar, lo contrario, que se ha intentado inculpar a un inocente servidor de Dios.

-Objeto Numinoso en novela fantástica: en este caso no debería de haber problemas. Lejos del Anillo de Tolkien o de la Espada del Rey Arturo, podemos concentrarnos en una balanza que mantenga el equilibrio entre fuerzas del bien y del mal; una piedra que sea oro en manos de unos y una bola de fuego en manos de otros; unas botas que permitan a quien las use correr a velocidades supersónicas. Las alternativas son tan amplias como lo pueda ser la imaginación del autor.

Desde luego: el objeto numinoso tiene que ser eje de la historia; de lo contrario, pasará a ser un elemento mágico más en un Universo que sólo lo contiene, y no que dependa de él. Eso, si lo que deseamos es construir un tema para escribir una novela, un cuento o un poema épico.

Espero que les haya servido en algún punto. 

S.R.B.C.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Autobiográfico sin remedio

Una poesía, un cuento, una novela, un relato; ni qué decir, una crónica… cualquiera sea la labor narrativa a la que nos entreguemos, mojaremos (lo queramos o no) la pluma en el tintero de nuestro pasado, de nuestras experiencias y, sobre todo, de nuestro pequeño punto de vista a propósito del Mundo, del Hombre, del Amor, de la Guerra, de la Paz, de la Justicia, de la Política; emociones humanas, hechos tomados de la realidad, de la historia, de las noticias.

En cierto nivel mental, escribir semeja la estructura de un sueño, con la salvedad de que el escritor (no así el durmiente) es consciente de este “sueño”, y, así, lo crea a su antojo.

El sueño no es más que una fantasía que escapa a nuestro control; la escritura es la creación de fantasía, mediante el ejercicio de un control sobre ella. Pero ambas acciones, sueño y escritura, tienen un punto en común: cualquiera sea el mundo en nuestra mente, es sólo nuestro, somos ese mundo, somos cada personaje de ese mundo, y cada elemento, cada tiempo y cada personaje de ese mundo provienen de nuestro pasado, de nuestras experiencias y de nuestro pequeño punto de vista.

Si yo sueño con un dragón, ¿significa que un dragón ha llegado desde alguna tierra lejana a visitarme mientras duermo y que, de alguna manera, se ha metido en mi mente y ha creado un mundo alterno? Una respuesta afirmativa resultaría ridícula. Por tanto: si el personaje principal que construyo para un cuento breve mide tres metros, pesa doscientos kilos y tiene colmillos de lobo, recurriendo a la misma lógica podemos decir que ese personaje no existe, y que de ninguna manera es autobiográfico, si atendemos a las características físicas.

Pero acá viene lo interesante. Tanto el dragón de mi sueño como el ser antropomorfo de mi cuento breve ¡existen!  No son más que el remanente subconsciente de toda una vida de imágenes, sonidos, música, libros, películas, juegos, educación, sueños, fantasías e imaginación. Nosotros somos el dragón. Nosotros somos el ser antropoide.

Lejos de resultar algo que provoque temor (muchos escritores pretenden NO SER autobiográficos –para mí, algo imposible desde lo lógico-), la "consulta" autobiográfica debería ser un metal del cual proveerse para componer las estructuras más sólidas que jamás hayamos imaginado; es un buen camino para ponerse en condiciones de crear el mundo ficticio más grande (comprendido en todo sentido) desde nuestro diminuto punto de vista.

“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”. Jorge Luis Borges

S.R.B.C. 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Se escribe con "z"...




USO DE LA “Z”

1- Las terminaciones de aumentativos azo - aza.
Ejemplos: martillazo, perrazo, terraza, bocaza, latigazo.
2- Los nombres abstractos terminados en anza - ez - eza.
Ejemplos: esperanza, vejez, belleza, idiotez, confianza, pobreza.
Nota.- El adjetivo MANSA y el nombre GANSA no son excepciones
porque no son nombres abstractos, que son los considerados en
esta regla.
3- Los verbos terminados en izar.
Ejemplos: amenizar, izar, economizar, magnetizar, actualizar.
EXCEPCIONES: pisar, visar, alisar, decomisar y otros.
4- Las terminaciones zuelo - zuela.
Ejemplos: mujerzuela, ladronzuelo, orzuelo, zarzuela.
EXCEPCIÓN: payasuelo.
5- Las terminaciones azgo - ezgo - ezno.
Ejemplos: mayorazgo, noviazgo, hallazgo, lobezno, osezno.
EXCEPCIONES: trasgo, sesgo, rasgo, riesgo.
6- Los patronímicos (apellidos) que terminan en az - ez - iz - oz - uz.
Ejemplos: Díaz, Martínez, Ortiz, Albornoz, Cruz.
EXCEPCIONES: Valdés, Cortés, Lemus, Solís, Llinás, Socarrás, Pagés.
7- Las terminaciones verbales ezco - ezca; uzco - uzca, que provienen de 
verbos terminados en CER - CIR.

Ejemplos: crezco, crezca, produzco, produzca, luzco, ofrezca.
NOTA.- Esta regla se enuncia gramaticalmente, como sigue:
Los verbos terminados en CER - CIR - DUCIR
admiten una Z delante de la C radical, en la
Primera Persona del singular del Presente de Indicativo y
en todas las Personas del Presente de Subjuntivo.
8- Los nombres derivados de verbos terminados en izar, forman la
terminación zación, conservando la Z.
Ejemplos: indemnizar indemnización
naturalizar naturalización

fertilizar fertilización

profundizar profundización
OBSERVACIÓN: Muchas palabras no están comprendidas en reglas,
pero su observación ayuda a recordarlas.
Ejemplos:
Verbos terminados en zar. Verbos terminados en sar.
descabezar cansar
ensalzar pensar
comenzar impulsar
desmenuzar confesar
gozar reposar
civilizar cesar
destrozar descansar
calzar compensar
enlazar engrosar
 



martes, 6 de noviembre de 2012

Se escribe con "c"...



 
Uso de la letra "c"
 
Uso de la letra c con sonido suave
La letra "c" tiene dos sonidos: uno fuerte, con las vocales "a", "o", "u", y uno suave con las vocales "e", "i".
Se usa en los siguientes casos:
·  Los derivados verbales terminados en -cion (salvo las excepciones). Ejemplos:
Cantar - canción superar - superación
Reclamar - reclamación exceptuar - excepción
Componer - composición explorar - exploración
Describir - descripción indicar - indicación
Deben incluirse también aquellas cuya derivación ya no es evidente:
Locomoción poción estación
Observación: Hay derivados verbales en -sion. Los verbos terminados en    
-sar forman su derivado nominal con el sufijo -sion, solo si el derivado persiste la silaba -sa.
Ejemplos:
Conversar - conversación malversar - malversación
Revisar - revision confesar - confesión
Precisar - precisión expulsar - expulsión
·  Las voces que presentan las terminaciones -ancia, -ancio, -icia, -icio, -hacia, -acio (salvo las excepciones). Ejemplos:
Fragancia avaricia molicie oficio eficacia
Arrogancia envicia calvicie edificio desgracia
Ignorancia caricia canicie espacie desperdicio
Cansancio pericia planicie servicio reacio
Excepciones a la regla anterior: ansia, Asia, Nicasio, Dionisio, Gervasio, antonomasia, Atanasia, Anastasio, Eufrasia, gimnasia, potasio, idiosincrasia.
·  Los verbos terminados en, -cer, -cir, -ciar. Ejemplos:
Coser pronunciar zurcir
Crecer denunciar deducir
Padecer renunciar reducir
Desvanecer espacia conducir
Convencer vaciar bendecir.
·  Las terminaciones diminutivas, -cito, -cico, -cillo, -ecito, -ececito, -ececico, -ececillo. Ejemplos:
Josecito botoncito dolorcillo
Corazoncito pastorcito amorcillo
Panecito pececillo sonecico
Florecita redecilla piececito
Solecito panecillo
Manecita tosecilla.
5. Los prefijos: deci-, centi-, circun- cis. Ejemplo:
Decigramo centuria circunscrito cismontano
Decilitro centésimo circunferencia cisplatino
Decímetro centiárea circunvecino cisalpino
·  Las excepciones de los verbos terminados en -der y -dir (perder atender, expedir, rendir, etcétera), al formar nombres verbales. Ejemplos:
Perdición, atención, rendición, etcétera.
·  En algunas palabras que antes se iniciaban con "z". Ejemplos:
Cenon, Cinc, cenit, cerafina, celandés.
Quedan aun en uso, zigzaguear, zeppelín, Zendavesta, zeugma, cíngaro.
·  Los vocablos terminados en -ación. Ejemplos:
Vacación moderación incorporación
Vocación perturbación situación
Excepciones: pasión, evasión, invasión, persuasión, abrasión, ocasión, compasión.
Vocablos correspondientes a las reglas proporcionadas
Lista complementaria: -cion e -icia
Ablución
Conjunción
Obligación
Turbación
Abstención
Constitución
Opción
Usurpación
Absorción
Corporación
vocación
participación
Acepción
Curación
Petición
Vacilación
aclamación
designación
Privación
Vacunación
actuación
Expiación
pulsación
ventilación
Adición
flotación
posición
Verificación
adopción
frotación
Recaudación
Verificación
Adivinación
Adivinación
Habitación
Remoción
Votación
Aleación
Intervención
Acaricia
Remuneración
Aparición
Adventicia
Invención
Reivindicación
Aplicación
Irritación
Rendición
Albricias
Atención
Legislación
Solución
Alimenticia
Avaricia
Maldición
Suposición
Autorización
Bendición
Beneficio
Sustitución
Manifestación
Codicia
Medición
Tasación
Calificación
Canción
Meditación
Tentación
Delicia
Edilicia
Felicia
Ficticia
Franquicia
Vocablos correspondientes a algunas proporcionadas.
Lista complementaria: c Inicial (sonido suave)
Cena
Ceder
Cenefa
Cerebro
Cimarrón
Ciego
Cincel
Centro
Cerda
Cendal
Cebolla
Cilindro
Cerdo
Cebada
Cereal
Cencerro
Cernir
Cedazo
Cimentar
Cenit
Cebar
Cínico
Censura
Cedula
Cicatriz
Cebra
Cesar
Cicuta
Cimbrar
Cementerio
Ciclista
Cine
Circo
Cereza
Cianuro
Cimitarra
Cedro
Cero
Censo
Cincha
Ciático
Centinela
Cesto
Ceniza
Uso de la letra c con sonido fuerte
La c presenta sonido fuerte con las vocales a, o, u y al final de la silaba. Ejemplo:
Actualidad cardo doctrina caso
Coñac coma intelectual cuna
Héctor croar néctar clima
Arquitecto cráter
Duplicación de la "c"
En algunas palabras aparece la c duplicada. Cada una de estas letras pertenece a una silaba distinta. Ejemplos:
Acceso ac-ce-so
Acción ac-ción
Dirección di-rec-ción
Colección co-lec-ción
Diccionario dic-cio-na-rio

martes, 30 de octubre de 2012

Ortografía básica: reglas para el uso de la "v" (v corta/ chica)





 
Regla Nº.1
Después de d y n se escibre v.
Ejemplos: Adverbio, invierno, envidia, envase, adversario, investigación, envoltura, convulsión, convivir, invitar, invento, envejecido, advertencia, invicto.

Regla Nº.2
Después de ol se escribe v.
Ejemplos: Olvidar, inolvidable, resolver, polvo, polvoriento, solvente, disolver.

Regla Nº.3
Los pretéritos indefinido e imperfecto y el futuro de subjuntivo de los verbos estar, tener, andar y sus compuestos.
Ejemplos: Tuve, estuve, tuviera, estuviera, anduve, anduvo, retuvo, contuvimos, obtuviese, tuviere, tuviese.

Regla Nº.4
Las palabras que comienzan por vice- (en vez de, hace de) y villa- (pueblo, casa de campo).
Ejemplos: Vicerrector, viceministro, vicealmirante, villancico, villano, villorrio.
Excepciones: Bíceps, billar.

Regla Nº.5
Las palabras que comienzan con clav- y salv-.
Ejemplos: Clavo, clave, salvavidas, salvaje, salvedad, clavel, clavícula, clavija, conclave, enclave, salvo, salvados.

Regla Nº.6
Las palabras que comienzan con div-.
Ejemplos: Dividir, diversión, divino, diva, diván, divergencia, divagar, divisa, divulgar, divertido, diverso, divorcio.
Excepciones: Dibujo, dibranquial.

Regla Nº.7
Las palabras que comienzan con eva- eve- evo- evi-.
Ejemplos: evitar, evidencia, evidente, evadir, evasor, evaporar, evacuar, evocar, evangélico, eventualmente, evolución, evento.
Excepciones: Ebanista, ébano.

Regla Nº.8
Las palabras que comienzan con nav- nov- pav-.
Ejemplos: Nave, novia, noveno, navaja, novela, navidad, pavo, pavesa, pávido.
Excepciones: Nabo, noble, pabellón, Nobel.

Regla Nº.9
Después de pra- pre- pri- pro.
Ejemplos: previo, depravado, privado, proveer, previsto, providencia, provocar, privilegio, provecho, proverbio, provinciano.
Excepciones: Prebenda, probable, probar, problema, probo.

Regla Nº.10
Las palabras terminadas en -ava -ave -avo -eva -eve -evo -iva -ivo.
Ejemplos: Octava, clave, grave, nueva, leve, suave, comunicativo, legislativa, llamativa, fugitivo, paliativo, medioevo, activo, pasivo, pavo, pensativa, permisivo, recursivo, bravo.
Excepciones: Baba, haba, sílaba, traba, árabe, jarabe, cabo, lavabo, nabo, menoscabo, rabo, ceba, prueba, mancebo, placebo, recebo, sebo, criba, giba, arribo, estribo, recibo.

Regla Nº.11
Las palabras terminadas viro- vira- ívoro-ívora.
Ejemplos: Elvira, carnívoro, herbívora, omnívoro, triunviro, revira.
Excepciones: Víbora.

Regla Nº.12
Las palabras derivadas del latín cavus (hueco).
Ejemplos: cavar, caverna, cueva, cavidad, concavidad, cavernícola, excavar, recoveco, excavación.

sábado, 27 de octubre de 2012

Ortografía básica: reglas para el uso de la "b" (b larga/ grande)




Regla Nº.1 Las palabras que contienen bla- ble- bli- blo- blu-.
Ejemplos: Tiembla, tembló, habla, cable, tabla, Biblioteca, bloque, blusa, bledo, Biblia.
Excepciones: Vladimir.

Regla Nº. 2 Las palabras que contienen bra- bre- bri- bro- bru- .
Ejemplos: Brasa, breve, cobra, cubre, brote, bruto, colibrí, abrupto, abrumador.

Regla Nº. 3 Antes de consonante se escribe b y no v.
Ejemplos: Libre, abdomen, obligatorio, lombriz, obvio, Brigadier, ombligo, cabra, tabla absoluto,

Regla Nº. 4 Después de m siempre se escribe con b.
Ejemplos: Tiembla, tembló, Colombia, cambio, hombre, hombro, timbre, émbolo, embalse, zambullirse.

Regla Nº 5 El pretérito imperfecto de los verbos terminados en -ar y del verbo ir.
Ejemplos: Cantabas, bailabas, estudiábamos, ordenaban, hablabais, miraban, caminabas, apuntaba, iba, ibas, íbamos, ibais, iban.

Regla Nº 6 Los prefijos bi- bis- biz- que significan dos o dos veces.
Ejemplos: Bimotor (dos motores), bimestre (dos meses), bisectriz (dos partes iguales), bisabuelo (dos veces padre), bisnieto (dos veces hijo), bizcocho (Pan sin levadura que se cuece dos veces), bizco (persona que ve doble).

Regla Nº 7 Las palabras que empiezan o terminan con bio que significa vida.
Ejemplos: Biología, biografía, Bioquímica, biorritmo, microbio, anaerobio.

Regla Nº 8 Las palabras que comienzan con bene, bien, bono cuyo significado es bien.
Ejemplos: Benefactor, benevolente, bienaventurado, bondadosa, bonita, bienestar.

Regla Nº 9 Las palabras que comienzan con bibli- cuyo significado es libro.
Ejemplos: Bibliografía, Biblioteca, Biblia, bibliófilo, Bibliotecario.

Regla Nº 10 Las palabras que comienzan con el prefijo sub- (que significa bajo, debajo, inferior, secundario, disminuido).
Ejemplos: Suboficial, Subteniente, Subsecretario, subconjunto, subasta, subrayar, subordinado, submarino, subjetivo.

Regla Nº 11 Las palabras que comienzan con alb-.
Ejemplos: Alba, albañil, albaricoque, álbum, albur, albatros, albedrío, alberca, albergue, albino, albóndiga, alborada.
Excepciones: Álvarez, Álvaro, álveo, alveolo, alverja, alveario.

Regla Nº 12 Las palabras que comienzan con bu-.
Ejemplos: Buque, burro, bufanda, bueno, búho, búfalo, buey, buitre, buche, bufé.
Excepciones: Vudú, vuelco, vuelo, vuelta, vuestro, vulcanizar, vulcanología, vulgar, vulgo, vulnerable.

Regla Nº 13 Las palabras que comienzan con cub-.
Ejemplos: Cubo, cúbico, cuba, cubilete, cubierto, cubículo, cubrir.

Regla Nº 14 Las palabras que empiezan con hab- y heb-.
Ejemplos: Haber, habitación, hebra, hebreo, Habana, habano, hábil, hebilla.
Excepciones: Hevea (caucho y nombre de un producto).

Regla Nº 15 Las palabras que comienzan con lab- rab- sab- tab-.
Ejemplos: Labor, laboratorio, labio, laberinto, labrado. Rabia, rabino, rábano, rabadilla, rabo. Sábado, sábana, sabana, saber, sabotaje. Tabla, taburete, tabaco, tabaquismo, tabú.
Excepciones: Lavar, lava ( de volcán), lavanda, ravioles, savia.

Regla Nº 16 Las palabras que comienzan con ob-.
Ejemplos: Objeto, obispo, obrero, obeso, obelisco, oblicuo, obtuso, obturador, obedecer, obcecado, obligatorio, óbolo, observatorio.
Excepciones: Oveja, Oviedo, Ovidio, overol, ovillo.

Regla Nº 17 Las palabras que comienzan con trib- rib- y turb-.
Ejemplos: Tribu, tribuna, tributo, turbio, turbina, ribera (orilla), ribete.
Excepciones: Trivial y sus derivados, rival y sus derivados, rivera (arroyo).

Regla Nº 18 Las palabras que comienzan con urb- que significa ciudad .
Ejemplos: Urbe, urbanidad, urbano, urbanización, urbanista, urbanizable.

Regla Nº. 19 Los verbos que termina en -ber.
Ejemplos: Beber, caber, deber, haber, saber, sorber, absorber.
Excepciones: Absolver, atrever, conmover, disolver, envolver, mover, precaver, prever, remover, resolver, revolver, ver, volver.

Regla Nº 20 Las palabras que terminan en -bilidad.
Ejemplos: Amabilidad, aplicabilidad, contabilidad, habilidad, solubilidad, inviolabilidad, imposibilidad, probabilidad.
Excepciones: Movilidad, civilidad.

Regla Nº 21 Los verbos que terminan en -bir y -buir, así como todas sus formas conjugadas.
Ejemplos: Recibir, distribuir, contribuir, concebir, imbuir, atribuir, retribuir, escribir, describir, suscribir, subir, exhibir, prohibir, sucumbir.
Excepciones: Hervir, servir, vivir, convivir, revivir.

Regla Nº 22 Las palabras que terminan en -bunda, -bundo.
Ejemplos: Tremebundo, nauseabundo, moribundo, abunda, vagabundo, furibundo.

Regla Nº 23 Las palabras derivadas del latín árbiter (árbitro).
Ejemplos: Arbitraje, arbitrar, arbitral, arbitrario, arbitrio, arbitrariedad, arbitrariamente.

Regla Nº 24 Las palabras derivadas del griego ballein (arrojar) y ballezein (bailar).
Ejemplos: Bala, balística, balompié, baloncesto, bola, parábola, bólido, bolo, boliche, ballesta, émbolo, símbolo, baile, bolero, balada, diablo, discóbolo.

Regla Nº 25 Las palabras que se derivan del latín barba y barca.
Ejemplos: Barbado, barbería, barbero, barbudo, imberbe, barbilla. Barco, barquero, barquito, embarcación, embarque, barcaza.

Regla Nº 26 Las palabras derivadas del griego barys (pesado, grave).
Ejemplos: Barómetro, barítono, barisfera, barométrico.
Excepciones: varita.

Regla Nº 27 Las derivadas del latín bucca (boca), bellum (guerra) y caput (cabeza).
Ejemplos: Bocado, bocadillo, bocacalle, bocazas, boquete, boquilla, desembocadura, boquiabierto. Bélico, belicoso, beligerante, rebelión, rebelde. Cabezón, cabecera, cabecilla, cabecear, cabestro, encabezar.

Regla Nº 28 Las derivadas del latín labor (trabajo) y liber (libre).
Ejemplos: Laboral, laborable, laborar, laboratorio, laborioso, laboriosidad, labrar, labriego, labrador, elaborar, colaborador. Liberación, libertad, liberal, liberador, libertador, libero, libertino, libertinaje.

Regla Nº 29 Las palabras derivadas del latín ruber (rojo) y tribuo (dar).
Ejemplos: Rubio, rubí, rubor, ruborizado, ruborizarse. Tributo, tributar, tributario, contribuir, contribuyente, contribución, atribuir.


jueves, 25 de octubre de 2012

Palabras y pensamiento


A propósito del "cogito" cartesiano, tuve una aproximación, como mínimo, curiosa. Y aunque la pregunta "¿el huevo o la gallina?" tenga fácil respuesta y no valga en la teoría científica, sí alcanza para la retórica. Entonces, ¿pensamos y de ahí la palabra? ¿O una determinada trama de vocablos (al menos onomatopéyicos) fue afinando el pensamiento? 


Pensamientos y palabras como el sistema solar. Parece claro que el pensamiento es núcleo, y que las palabras, asimismo iluminadas por el pensamiento, giran en torno a éste. Estaríamos hablando de un sistema orbital, también ubicado en el tiempo. 

Pienso en cómo las palabras afectan todo a nuestro alrededor. Pienso qué podría ser afectado por las estrellas y sus planetas.

S.R.B.C.