¿A QUÉ SE DEBE EL ÉXITO DE 50 SOMBRAS DE GREY?
Por Edna Juliana Rojas, 24 de Julio de 2014
¿En qué radica el éxito de una trilogía escrita por una debutante en la
literatura, cuyos libros fueron publicados inicialmente en formato digital por
una pequeña editorial australiana? ¿Por qué hoy 31 millones de estadounidenses
han comprado los tres tomos de Cincuenta sombras, sus derechos han sido
vendidos a 40 países y los productores de La Red Social la llevarán al cine? La
respuesta podría estar en una mezcla perfecta entre romanticismo y erotismo,
delineado metódicamente por el psicoanálisis y el mercadeo.
La fórmula para este avasallante resultado, calificado
como ‘porno para mamás’, tiene sus raíces en una hábil estrategia de marketing
(¡qué más que vender la trilogía dentro de una caja con esposas, máscara y
corbata!), donde la autora y su obra no son más que un producto que respondería
a una demanda por ’volver a lo básico’ (en los instintos, en la idea de que la
elaboración no es tan primordial), y donde tanto la vida de la autora como la
de los personajes, generan en el lector un sentido de identificación.
Erika Leonard, E. L. James, como firma, es una mujer de
49 años que trabajó como productora de televisión, es madre de dos hijos
adolescentes y está casada con el mismo hombre desde hace 20 años.
Características que encajan con el común de las mujeres que constituyen su
mayor público: amas de casa que aplazaron sus propósitos profesionales por
decidirse, primordialmente, a constituir un hogar. James ha confesado haber
escrito la trilogía en medio de su crisis de la mediana edad, luego de esculcar
entre sus sueños de infancia y encontrar las agallas para hacer lo que siempre
quiso: escribir historias. Este éxito parece señalar que todo es posible y que
se puede alcanzar el dinero y la fama cuando por fin nos decidimos a perseguir
nuestros sueños. Todos podemos lograrlo.
La
historia, por su parte, apela a instintos básicos que se empaquetan en la mejor
descripción que puede hacerse de este libro: un cuento de hadas para adultos,
donde una joven virgen e inocente, vendedora en una ferretería (Anastasia), es
cortejada por el mejor de la especie, un hombre atractivo, inteligente,
trabajador, exitoso, filántropo y millonario (Grey)
que le promete aventuras inimaginadas. ¿Qué más aspiracional que este relato?
Es la fábula perfecta de la chica con una vida aburrida en la que, cual
milagro, logra que el hombre de todos nuestros sueños -una estrella del jet set al que ella domaría- se fije en
ella. La misma autora ha dicho que los dos personajes tienen mucho de sí misma,
pues Christian Grey es su tipo de hombre (¿será como su esposo?) y Anastasia
Steele tiene su timidez, inteligencia y decisión (vaya guiño a la maestra del
género, Danielle Steel).
Aquí entramos en un terreno fascinante, el de la
identidad. La mayor característica de Anastasia es, precisamente, no tener
ninguna. En el libro se presenta un personaje en blanco, una silueta sin
características particulares. No sabemos si es bonita, fea, alta o baja. La
protagonista podría ser cualquiera. Usted. O yo. De nuevo el mensaje: todos
podemos lograrlo. Una mujer puede tener a sus pies al hombre imposible sin
estar dotada de ninguna espectacularidad. Brillante. Mientras tanto, el personaje
masculino está detalladamente descrito para encajar con el deseo femenino
común, no solo físicamente, sino con actitudes que se esperan de un “príncipe
azul”: “Nunca le había presentado una mujer a mi madre”, “no había pasado la
noche con alguien”, “nunca había tenido un polvo vainilla (hacer el amor)”,
“quiero conocer a tu padre”.
Grey es un
hombre directo que siempre deja claras sus intenciones, incluso las más
oscuras. “No vas a hacer nada que no quieras hacer”.
Pese a
que los ingredientes bien integrados resultan en una buena receta, no es la más
original. Es la misma que se ha repetido en cuentos y novelas románticas a lo
largo de la historia. Entonces, uno de los mayores secretos del éxito editorial
podría estar en lo que sus mismos lectores han develado: el renacer de una
exploración sexual que, bajo el sello del matrimonio, se ha perdido con los
años. Muchas mujeres han confesado que estos libros les permitieron
experimentar por primera vez orgasmos, y aún más: en Estados Unidos ya se
ofrecen talleres sexuales basados en las peripecias íntimas de Grey y Steele. La
trilogía avala una redefinición de los límites sexuales, y he aquí el meollo
del asunto: no con un amante, sino entre esposos apagados por la cotidianidad
del hogar, los gastos y la crianza (la autora, o su aparato, parecen retomar
esa situación de Las Edades de Lulú, de Almudena Grandes).
“Aunque se aborda una sexualidad desde el cliché –el
juego sado- va más allá: apela a ese deseo inconsciente que tienen todas las
parejas del mundo y es estar preparados para vivir cualquier cosa”, explica el
psicoanalista Ricardo Aponte. Y aunque la tendencia es llevar la fantasía
afuera, y ser infiel, el libro parece reivindicar la idea de pareja, de
matrimonio. “Así sea fantasía en gran parte”, sigue el psiquiatra.
Así, ese
“matrimonio” parece firmarse metafóricamente entre Grey y Anastasia cuando
llegan a un acuerdo a través de un contrato sexual en el que se establecen las
condiciones de la relación de manera clara sobre lo que se quiere y lo que no,
sin los rodeos y juegos que constituyen la incertidumbre de una relación de
amantes. Se acuerda la monogamia entre las partes, sin unas obligaciones
eternas y cotidianas que aten, solo las que proporcionen placer.
Mientras los críticos arremeten en blogs y medios
impresos contra la pobreza literaria de la obra y los hombres no lo leen por
‘femenina’, el común de las mujeres (y no solo amas de casa) expande este
fenómeno a la contagiosa velocidad del boca a boca y le concede un orgasmo
financiero a la vieja industria editorial. Al fin y al cabo, es una perfecta
lectura de entretenimiento con muchas escenas de sexo puro y duro. Puros
consejos de porno, pero dados por mamá y para mamás.
ALGUNAS DE LAS CRÍTICAS MÁS FEROCES DE LECTORES
Format:Paperback
No me gusta postear malas reseñas, sé que escribir un libro requiere de energía y tiempo, lo cual casi nadie valora nunca; pero con este libro me es imposible no escribir mi opinión negativa, especialmente por el gran impacto que ha tenido, sobretodo en poblaciones de mujeres en países Latinos más que en cualquier otra parte del mundo.
Este libro está escrito para tres tipos de personas:
1) Alguien que no haga de leer un ejercicio diario. ¿Por qué? Porque de hacerlo verían los innumerables errores de redacción, sintaxis, trama, desarrollo, sobreuso de material (¿No me creen? hagan el ejercicio de subrayar todas las veces que Anastasia se muerde el labio o se sonroja y verán que sin ello el libro se reduciría a la mitad), monotonía, redundancia, repetición inequívoca de actos que se vuelven aburridos y fáciles de predecir.
2) Para alguien que no tenga ningún conocimiento real sobre el BDSM. Está practica esta basada en un valor básico que en ningún momento se muestra en el libro: confianza. El libro da una imagen completamente errada de lo que es esta practica, un sumiso no es un esclavo y un dominante no es un amo. Un dominante debe entender y respetar los limites que imponga el sumiso, cosa que a Christian parece quedarle grande. En realidad, si el dominante rompe los estándares previamente establecidos de lo que está permitido y lo que no, ya no es BDSM, pasa a ser ABUSO, algo que las mujeres que leen el libro ignoran porque creen que Christian es el hombre perfecto que todas quisieran tener.. Las practicas sexuales de BDSM pueden ser mental y físicamente agotadoras, por lo cual después de concluidas, corre por cuenta del dominante algo llamado conexión o consuelo, por medio del cual el dominante conecta con su sumiso de tal forma que haya un desarrollo intimo entre ellos emocionalmente por medio de la comunicación... que en el libro nunca aparece.
3) Para mujeres cuyo único sueño en la vida es encontrar un hombre por y para el cual vivir. Ese punto se explica muy bien solo.
Los personajes son completamente irreales, la idea de que el hombre perfecto te escogerá a ti, la chica insegura, tímida, sin carácter ni personalidad es más machista que el acto de involucrar BDSM. La trama es aburrida y tambaleante y es preocupante ver que tantas mujeres hagan reseñas diciendo que ya quisieran ellas tener a su propio Christian Grey. Literariamente el libro es un insulto a todo lo que se haya escrito antes. La autora escribe con la coherencia y eficacia de una adolescente, usa mal las palabras y se esfuerza demasiado por utilizar términos que es obvio que encontró en un diccionario tres segundos antes de escribirlos para hacer parecer a Christian más inteligente de lo que debe ser.
Perdí muchos meses de mi vida leyendo este libro y a penas y lo terminé. Es mi opinión, es refutable desde muchos puntos de vista, pero a mi parecer, el libro parece que ni siquiera hubiera pasado por un editor decente.
Format:Kindle Edition|Verified Purchase
Es como ver porno, solo que te la describen, la historia de una joven "insegura" que asi te hace la autor pensarla, pero despues se le olvida ese hecho, ya que de insegura no tiene nada. Un tipo que tiene todo, menos "estabilidad emocional" por que asi te hace la autora pensar al principio y despues resulta de lo mas maduro en relacionarse (tipos asi no cambian jamas). La historia es incongruente. Aburrida pq se la pasa describiendo escenas eroticas y la trama entre un millonario y una joven sin chiste, la mantiene de lo mas aburrido. El unico problema es que lo leen miles de adelescentes que jamas han tenido sexo y leer esta porqueria, las podria mal encaminar de algo tan hermoso que es la sexualidad.
This review is from: Cincuenta sombras de Grey (Spanish Edition) (Kindle Edition)
No tiene razón de ser. El tema no está bien tratado. Ni se acerca a la realidad. De no creer que llamen escritora a la mujer que "escribió" esto. Es un insulto a a las grandes escritoras que tenemos hoy en día.
Mis espectativas eran mayores, no me gusto la forma descriptiva de la escritura y me parece una novela bastante absurda.
Mi opinión es que realmente este libro no tiene nada de literatura. Es solo pornografía escrita con sadomasoquismo. Pienzs que si quieres alimentar tu mente con una buena lectura existen muchísimas, pero de lo contrario hay videos porno gratis en la red todo es cuestion de gustos. A mí me aburrió tanto la trama sexual de este libro que ni siquiera lo terminé.
MI OPINIÓN PERSONAL
Sin dejar de tener en cuenta que todas las historias, en cine, en literatura, incluso en la vida, son una amalgama de reminiscencias de historias que ya fueron contadas, el meollo del asunto, a mi parecer, radica en que estas reminiscencias, estas "ruinas" de historias anteriores, formen parte de la base de la nueva historia, y no que se transformen en piezas elementales del rompecabezas de tres piezas con que 50 Sombras de Grey fue "armada".
Al haber leído los libros no pude evitar una idea compuesta por cuatro imágenes claras: Mujer bonita, Letras prohibidas: la leyenda del Marqués de Sade, Orgullo y prejuicio y Propuesta indecente.
Mujer bonita: elementalmente, es simétrica la fascinación de Vivian Ward (Julia Roberts) y la de Anastasia Steele ante el "maravilloso mundo" del hombre guapo, culto y, sobre todo, millonario.
Letras prohibidas: la leyenda del Marqués de Sade: vemos cómo una niña inocente (Madeleine, Kate Winslet) de pronto encuentra el sentido de los escritos del Marqués, a tal punto que llega a amarlo; sí, aun cuando estamos hablando de un sádico.
Orgullo y prejuicio: (una vez más) el protagonista masculino millonario y culto (Mr. Darcy), en un principio se muestra frío, distante, incluso irritable, hasta que van aclarándose todas ¿sus sombras?. Pues, al fin de cuentas, no es orgulloso ni prejuicioso. Es capaz de amar a una mujer que, de acuerdo, y cual Anastasia Steele, no tiene, a simple vista, ningún rasgo de espectacularidad, salvo su carácter y su estampa desafiante.
Propuesta indecente: Diana (Demi Moore), sí, sucumbe a los encantos de un encantador -valga la redundancia- millonario, culto, caballero, etc. Claro, hablamos de Robert Redford (¿no se puede encontrar cierta consonancia: John Cage - Christian Grey?), quien ofrece al matrimonio que Diana conforma con David (Woody Harrelson) "apenas" un millón de dólares por pasar una noche con la codiciada Diana. Sorpresa: nuestro buen John Cage, a bordo de su yate, advierte a la indescifrable Diana: "No ocurrirá nada que no desees". Me suena a... Christian Grey.
En síntesis, podría realizar un análisis parecido con un fenómeno como el de Harry Potter. No estoy descubriendo nada, ni escribiendo nada que no se haya escrito.
No es mi intención menospreciar una obra como 50 Sombras de Grey. La literatura llega a cada quien según cada quien. Sí me cuestiono a propósito de su éxito. Creo que la cuestión es tomar el ingrediente adecuado de frascos ya usados, ponerlos en la olla con el fuego justo y, por supuesto, cocinar para un restaurante cinco estrellas cuya publicidad pueda encontrarse hasta en una sopa de letras.
S.R.B.C.
