Expresión escrita

A partir de la imagen, y según el receptor, vemos el cambio en la expresión escrita: vocablos, construcciones sintácticas, estilo, objetividad, subjetividad, etcétera. El escritor debe tener tres ojos: uno para escribir, uno para criticar su propio trabajo, y un tercero para nunca perder de vista a qué tipo de lector se está dirigiendo.

Escritura abstracta, propia de la poesía, el pensamiento, la mira en lo estético y la subjetividad al poder.

Contemplo la imagen y escribo:

Es una fuente de luz interminable, eterna, lo que da sentido a mis ojos. El infinito en la espiral, acometido por el Tiempo, que vibra en torno a los planetas. Luz y sombra, todo lo que vive en mí: el futuro iluminado, delante; atrás, el recuerdo oscurecido, siempre girando hacia el brillo que lo devuelve al presente para susurrarme sus enseñanzas.

   Estrellas, estrellas; ¿cuántas son necesarias para, al fin, no oponerse a la oscuridad del vacío? Allí donde no brilla una neurona queda el sinsentido de la existencia. Miro mis pensamientos, mis planetas caminando hacia el destino, que será, a su vez, final e inicio. ¿Y luego? ¿Y más allá de la espiral? Negrura, la nada; tal vez por eso la espiral, un remolino, la inercia me condena siempre a ver la luz, siempre en órbita.

   No estoy diseñado para preguntarme por el más allá. Ahora que puedo verme en verdad, desde la lejanía, aprendo a saberlo. Pienso que nadie lo sabe, que la metafísica es el hazmerreír de Dios. No puedo escapar a la inercia de la propia naturaleza del universo. Nadie puede, eso creo.

Narración testimonial, estilo epistolar, la información influenciada por lo subjetivo, la descripción tratará de llegar con claridad al receptor. 

Contemplo la imagen y escribo: 

Lo podrás apreciar en la propia imagen. No pude llegar a contar el número de planetas porque la velocidad del crucero apenas me dejó el tiempo necesario para tomar la fotografía. Eso que parece brillantina derramada sobre un borbollón en un arroyo eran estrellas, miles de millones, incontables. En el centro de la galaxia daba la impresión de que toda la materia celestial mantenía un cónclave, y que de su palabra material se dispararan efluvios de la luz más pura que pudiera haber imaginado.

   Las tonalidades azules y blancas predominaban sobre el fondo oscuro del espacio. Ambos colores iban fundiéndose en un celeste que esplendía. Asimismo, las nebulosas mostraban un perfil de aspecto montañoso.

   La espiral estaba abrazada por un contorno celeste, homogéneo, semejaba un anfiteatro dispuesto allí para que los ángeles tomaran asiento y contemplasen esa exposición del cosmos. 

Narración descriptiva, meramente objetiva y despojada de cualquier tipo de impresiones personales. Transmisión de información objetiva (siempre en el campo de lo relativo), a fin de "pintar" con palabras el cuadro no a los ojos, sino al oído mental del receptor.

Contemplo la imagen y escribo:

En su creación El ciclo galáctico, el artista partió de lo relativamente inconmensurable que supone el infinito de lo celestial a fin de evocar lo minúsculo de las limitaciones en la percepción que gobierna al ser humano, y más al ser social, desde los albores de la historia.

   Un planeta ocupa el primer plano (nuestro hogar, mitad sombrío, mitad iluminado), destronando al Hombre del centro del Universo: el cuerpo esferoidal es uno más entre la presencia de muchos otros similares, excepto en lo que concierne a su proximidad en la perspectiva: el Yo.       

   Más allá, los círculos concéntricos, estocados por incontables estrellas, evidencian lo que no tiene fin ni comienzo: ruedas de tiempo, el giro continuo, el ciclo del día y la noche, la cotidianeidad de la vida.

   La refulgencia en el centro de la pintura pretende remarcar la ubicación de nuestro valor verdadero, lo interno, en contraste con el vacío sugerido en los tonos oscuros del plano superior.

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En los diversos géneros literarios y académicos no hay un absolutismo en cuanto a los estilos, sino que, más bien, hay predominancia, en mayor o menor grado, de uno u otro. El verdadero desafío es encontrar el balance apropiado para que el mensaje resulte estético, verosímil u objetivo, según el caso.

S.R.B.C.