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martes, 29 de septiembre de 2015

Tips para crear personajes literarios


         1- Los personajes se califican en "redondos" o "tridimensionales" y otros en cambio "planos" o "bidireccionales"; los primeros son protagonistas y los segundos aparecen brevemente y sirven a un propósito específico.

          2- Siempre un personaje "redondo" puede interactuar con otro "redondo" o con un "plano", pero nunca pueden interactuar dos "planos", porque confundirán al lector.

          3- El personaje "redondo" tiene un formato más desarrollado que los personajes "planos", con determinada personalidad, apariencia física y antecedentes, así como pensamientos y sentimientos propios.
 
          4- Recuerda que debes desarrollar pasado, personalidad, pensamientos, sentimientos y motivaciones de los personajes "redondos", porque de ello dependerá que el lector se "enamore" u "odie" a estos personajes protagónicos, identificándose con el relato.

          5- En todos los casos, ofrecer algunas características físicas puede ayudar al lector a imaginar el personaje, incluso sin acompañamiento visual; esto no solo ayudará al lector sino también al autor para la descripción de las acciones. No obstante, se recomienda darle al lector un espacio vacío para que él mismo ocupe con su propia imaginación.

          6- Todos los personajes deben tener una "vida real" que pueda explicar su conducta o perspectiva; desarrollar esta información es muy beneficioso no solo para el lector, sino que también servirá al autor para guiar el desarrollo de la historia.

       7- Define qué hace tu personaje narrable, qué lo distingue de la multitud, qué características destacables tiene: dónde vive, dónde trabaja, cierto trasfondo familiar, facultades o debilidades peculiares, y la lista podría extenderse en lo que durase un libro. Así que, rienda suelta a la imaginación, siempre dentro de un marco de verosimilitud.

          8- El personaje protagónico debe tener cualidades sustentables,. Por ejemplo: puede volar como Superman, tener permiso para matar como James Bond o ser idealista como el Quijote. O mejor aún, lo ideal es crear un personaje que consideremos único desde su complejidad, su ambigüedad: un personaje en conflicto continuo consigo mismo generará empatía en el lector. El ejemplo perfecto es Gregory House, de la serie "Dr. House", que por más que no se trate de un personaje literario se ha concebido como tal.


          9- Es importante narrar acciones o circunstancias anteriores al tiempo del relato (o simultáneas) que destaquen cómo se comporta el personaje. Dejaremos entonces que el lector obtenga sus propias conclusiones. El personaje debe definirse a través de sus acciones. No diremos que Juanito es valiente; haremos que Juanito lleve a cabo una acción que demuestre valentía. Recordemos que no estamos haciendo un inventario con las cualidades y los defectos de los personajes; los lectores odian eso. No. Estamos contando una historia.  
         
          10- Es importante analizar perfiles de personalidad para inspirar el propio esbozo de los personajes.

          13- Todos los personajes debe tener una real motivación para estar en el tiempo-espacio designado. 

          14- Toma notas sobre lo que cada personaje dice durante toda la historia; utiliza palabras que pueda repetir con cierta frecuencia o algún tic distintivo, utilizando estos recursos, claro, de manera sutil. Hay tics o frases que perduran más allá del personaje, y que agregan valor a la historia. Pero ¡ojo! No abusar. En literatura no debe hacerse abuso de ningún recurso. Un claro ejemplo son los ademanes del personaje protagonista femenino de la serie "50 sombras de Grey". Y es que en cuestión de párrafos de distancia, Anastasia arquea una ceja, se muerde el labio o suspira. Esta es una de las razones por las cuales esta serie es considerada de bajo vuelo literario. 


         15- Cuida mucho la relación de los personajes protagónicos con los personajes secundarios, analiza la relación de fuerza, envidias, admiración, engaños, amores u odios que guarden entre sí.  

               16- Y jamás, nunca, pero jamás en la vida caigamos en estereotipos. Son tan aburridos como la anécdota que tu abuelo cuenta por centésima vez. 

S.R.B.C.
Basado en la nota de César Leo Marcus, "El escritor y sus personajes - tips para crear personajes creíbles". 

      

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